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Cambia tu esposa, gran tarado

Estábamos de paso cuando un rayo iluminó nuestro futuro. En sentido figurado, por supuesto. Ya sabes, a veces las epifanías llegan en una centésima de segundo y ni siquiera te das cuenta de qué se trata. Mi novia y yo estábamos caminando por la calle. Ví a estos dos. Y de repente, - ¡bang! - Me di cuenta de que encajamos como cuatro piezas de un mismo rompecabezas. Quiero decir, como tres. De todos modos, podríamos pasar un buen rato, pensé. Entonces, para mantener la buena idea, nos pusimos manos a la obra. ¿Y sabes qué? ¡Funcionó genial!
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