Fui a clases con una nueva tutora. Tenía cámaras en mi mochila y esperaba que esta profesora de historia resultara ser una atractiva señora que me provocara follarla. Al entrar en su casa y luego de examinar a esta mujer madura, me dí cuenta de que estaba bien conservada para su edad. Tenía un gran trasero y su gran boca invitaba a meterle una polla. Comencé a actuar de acuerdo con mi premeditado plan, engañandola para que saliera de casa y yo ¡poder instalar mis cámaras escondidas! ¡Imaginen mi sorpresa cuando encontré una gran cantidad de juguetes sexuales cerca del sofá! Y ¡dios mío! habían grandes vibradores y látigos, bolas anales y un montón de cosas que ¡nunca había visto en mi vida! De inmediato supe que esta señora ¡sabe mucho de sexo! Sólo me faltaba ingeniarme como seducirla...